Repensar la Gestión Universitaria desde los conceptos básicos Una reflexión sobre cómo la pandemia nos bajó a la realidad

Por Marcelo Héctor Efrón

Russell Ackoff, considerado el padre del Planeamiento Estratégico, sostiene que  “…La habilidad de una persona para llevar a cabo la administración de sus asuntos o los de su sociedad depende más de su comprensión y actitud hacia el mundo, que de su ciencia y su tecnología…”.

Quiero rescatar en esta ocasión algunos de los conceptos básicos de toda Gestión. Definimos a esta como la acción y la consecuencia de administrar o gestionar algo. Administrar, por otra parte, remite a las ideas de gobernar, disponer, dirigir, ordenar u organizar una determinada cosa o situación. Sus cuatro pilares están cimentados sobre la estrategia, la cultura organizacional, la estructura y la ejecución.

Ello está relacionado con otros principios básicos, como la Planificación, es decir, aquellos  esfuerzos que se realizan a fin de cumplir objetivos y hacer realidad diversos propósitos. En otras palabras, la planificación es un método que permite ejecutar planes de forma directa, los cuales serán realizados y supervisados en función del planeamiento.

Siguiendo esta idea, podemos definir el Planeamiento como un proceso implementado dentro de una empresa u organización para tomar una decisión, basándose en estrategias previamente desarrolladas para lograr un objetivo. El proceso de planeamiento permite determinar el destino, conocer los objetivos a largo plazo, optimizar el uso de recursos, y estar preparados frente a eventos inesperados. El Planeamiento Estratégico asociado al establecimiento de la misión, la visión, los objetivos, las metas principales y las estrategias, es uno de ellos. Los otros son el táctico y el operativo.

Sólo dos conceptos básicos más que vale la pena rescatar para terminar de construir el escenario. La Estrategia,  entendida como el plan ideado para dirigir un asunto y para designar al conjunto de reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento. Y la Logística, del inglés logistics, definida como el conjunto de medios y métodos que permiten llevar a cabo la organización de una empresa o de un servicio. La logística implica tareas de planificación y gestión de recursos.

Seguramente muchos se preguntaran la razón por la que he rescatado estos conceptos tan básicos, tan obvios, si se quiere, tan simples y conocidos para aquellos que tienen responsabilidades en la Gestión de Organizaciones, que parece retrotraernos a las primeras letras, o a una operación de 3 simple.

Porque parece a todas luces, que los hemos olvidado!!!!

Podemos situar posiblemente el último gran conflicto político, social, económico y cultural  que afecto a toda la humanidad en la Segunda Guerra Mundial, aquella que comenzó efectivamente a fines de 1939, aunque sus causas se vislumbraban desde al menos un lustro antes, y que culminó simbólicamente con la demostración más dramática del poder destructivo del hombre con las bombas atómicas que impactaron en Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945.

Transcurrieron más de 70 años en que diversos conflictos de diferente gravedad impactaron sobre territorios, personas e instituciones, que en la mayoría de los casos y con distintas consecuencias, fueron superados generando un bagaje de experiencias y conocimientos respectos de sus causas y sus efectos, suficientes para permitir el desarrollo de aprendizajes destinados a crear conocimiento acumulado y sistematizado, que permitiera prever, anticipar, modelizar y pronosticar una crisis, casi de cualquier naturaleza, tipo y lugar.

Toneladas de papel, litros de tinta, cientos de terabits de archivos digitales, miles de horas de trabajo humano y millones de neuronas se han destinado en los últimos 50 años a llevar a los expertos en planificación, gestión y administración a la cumbre más acabada de sus objetivos de trascendencia, ya fueran estos gubernamentales, empresariales o académicos. Volar cada vez más alto, trascender las dimensiones y obtener un lugar en la historia, recrear ámbitos cada vez más especializados y por ende, más exclusivos,  sobre la base de papers más complejos, más abstractos y más inaccesibles.

Y un día o una noche, de 2020, apareció un pequeño virus, que rápidamente se expandió por todos los territorios sin respetar fronteras, culturas, ideologías, títulos, riqueza, edad y género. Y nació así la Pandemia del Covid 19 o Coronavirus, que en pocos meses, en algunos casos, días, hecho por tierra con nuestra forma de vida, de relación y por sobre todo, de organización.

Y puso en evidencia, que las Instituciones en general, y las de Educación Superior en particular, generadoras de tanto saber y de tanto conocimiento, no estaban preparadas para resolver los escenarios más simples frente a una emergencia.

Ausencia de tecnologías, falta de capacitación, escasez de recursos humanos y materiales, improvisación,  carencia de procedimientos, omisión de responsabilidades y la lista podría seguir. Todo lo contrario a lo que definimos en los primeros párrafos.

Nos elevamos tan alto en la descripción de lo intangible, que perdimos la perspectiva de lo terrenal.  Por ello, esta reflexión y una convocatoria para que retornemos a lo básico; Para que revisemos y reveamos en nuestras organizaciones en qué no estuvimos preparados. Seguramente, nos encontraremos con más de una sorpresa que descubrir.

*Marcelo Héctor Efrón: Abogado. Especialista y Magister en Gestión Universitaria. Profesor de Derecho Administrativo.

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